lunes, 11 de junio de 2012

Inútiles y mentirosos

Seis meses después de su llegada al poder, a uno le queda la impresión de que quienes nos gobiernan son unos inútiles y, además, unos mentirosos. ¡Cuántas cosas buenas, dijeron, iban a suceder cuando alcanzaran La Moncloa! Bastaba con que pisaran el Palacio para que se restableciera la confianza, los mercados nos devolvieran lo que nos habían robado y el desempleo iniciara un vertiginoso descenso. Y todo, sin subir impuestos, aplicar los tijeretazos, ni recortar derechos. ¡Cuánto buen ejemplo de gestión, recordaron, había en gentes como Camps, Aguirre o Rato! Y qué injustos éramos quienes poníamos en duda las hazañas financieras de tales personajes. Y como además eran muy amigos de la Merkel, y por ende de Sarkozy, pues todo resuelto. Nada de que preocuparse...hasta que comprobamos que no todo era tan sencillo, que nada estaba bajo su control y que las decisiones se adoptaban en otros lugares y no en esa residencia con nombre de estación de metro.

Si uno les pregunta por su gestión de este medio año, nada dirán de recortes, tijeretazos, subidas de impuestos, aumento del paro, prima de riesgo descontrolada o rescate financiero. Ya se han aplicado en el uso de las expresiones eufemísticas para disimular la realidad. Hasta la inyección de 100.000 millones de euros a la banca, que a más de un ministro cogió mirando a Cuenca, la venden como un éxito, como una bendición y un logro político. ¡Lástima que no la solicitaran antes! Y hasta se fueron a Polonia a celebrarlo.

Habrá que ver cuánto tarda en llegar el otro rescate, el que ya experimentaron antes Grecia e Irlanda.

Lo dicho, que son unos inútiles y unos mentirosos.

viernes, 8 de junio de 2012

Javier Krahe (2)

 (@EFE)
Finalmente triunfó la libertad, que es como decir que la reacción fue derrotada. Ocasionalmente, eso sí. Pero al menos, en los tiempos que corren, ya es algo, cuando desde el Gobierno están empeñados en castigar todo aquello que escapa a su control ideológico, llámese libertad de expresión frente al himno o la bandera, llámese libertad de manifestación, libertad de la mujer para decidir o cualquier otra forma de afirmar nuestra condición de ciudadanos de un país libre. Habría que preguntarle al ministro Gallardón qué nuevas sorpresas nos prepara su departamento (entre las que, obviamente, no hay ninguna que afecte al magistrado Carlos Dívar).  

Celebro que Javier Krahe (y con él la productora Montserrat Fernández) haya sido absuelto de un presunto delito de ofensa a los sentimientos religiosos por el que había sido sentado en el banquillo por la organización ultramontana Centro Jurídico Tomás Moro. Ahora que parece que la pesadilla ha terminado para el cantautor madrileño habría que preguntarle al juez que  ha llevado la causa para qué  admitió a trámite tan estrambótica y extemporánea reclamación. Porque, visto el fallo, no da la impresión de que quisiera travestirse de Torquemada. Y luego dirán que la Justicia está colapsada.

Y mientras tanto, al borde del rescate anunciado y tantas veces negado.