martes, 16 de agosto de 2011

London's burning

(@LosPrimeros.tv)
Como si de la escenificación de una canción de The Clash se hubiera tratado, Londres -y también algunas de las principales ciudades británicas- ha estado ardiendo en los últimos dias y aún no se han apagado los rescoldos de las protestas. Ni los mas punkies del lugar hubieran imaginado un escenario similar en sus sueños de rebeldía y subversión. Ocurre que al poder le pone, mayormente, mantener el orden por encima de todas las cosas, no vaya a ser que, al final, los gobernantes acaben también quemados.

Gamberrismo, saqueo, vandalismo, salvajismo, desorden público han sido algunos de los sustantivos que han acompañado la acción represiva del gobierno inglés sobre quienes han salido a las calles con afán destructor. Desconozco el nivel de violencia social al que se había llegado en los últimos tiempos, hasta el punto de provocar esta explosión callejera, pero recuerdo que hace treinta años asistí a situaciones de marginación y agresividad silenciosa que no hacían presagiar nada bueno.

No defiendo en absoluto a los saqueadores y a quienes hayan cometido tropelías, pero también creo que ya es hora de que los estados avanzados hagan algo más que tranquilizar a los mercados mientras sus democracias se deterioran gravemente. No basta con las pelotas de goma o las mangueras para poner fin al descontento, por mucho aprovechado que acompañara las acciones de sublevación.

2 comentarios:

  1. Vaya por delante que la violencia no tiene justificación alguna pero, en mi opinión, el incremento de acciones vandálicas y de la violencia en Inglaterra no deja de ser una respuesta al mensaje represivo y autoritario lanzado por el Gobierno conservador inglés.

    El propio Cameron afirmaba ayer que "este colapso moral está provocado por la irresponsabilidad, el egoísmo, hijos sin padres, colegios sin disciplina. Crimen sin castigo. Derechos sin responsabilidades". No sé al lector, pero a mí me parece el discurso de un abuelo español derechoso que, incomprensiblemente para mí, se refiere a los tiempos de Franco como "aquellos tiempos más felices".
    Y yo me pregunto ¿qué parte de responsabilidad tiene la clase política en este colapso moral? ¿Por qué a nadie se le ocurre ejecutar esa práctica tan cristiana que es el examen de conciencia? No es la sociedad la que está enferma, como afirma Cameron, sino la democracia, como bien dices. Es nuestro sistema el que agoniza y no necesitamos colegios con más disciplina ni familias con padre y madre para curarlo. Necesitamos recuperar los valores que han de sustentar la democracia, necesitamos respetar los derechos humanos, necesitamos acabar con este egoísmo colectivo. EMPEZANDO DESDE "ARRIBA".

    P.p.p.

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  2. El nivel de violencia presente hoy en la sociedad (principalmente en las urbanas), ha alcanzado un grado muy alto. Guste o no, la sociedad está enferma. Quizás siempre lo haya estado, pero los males que le aquejan actualmente son distintos a los de antaño. Seguramente tengan mucho que ver las condiciones de vida creadas por los propios gobiernos a lo largo de los últimos 50 años. Pero también ha habido una pérdida sangrante de valores en la ciudadanía. Para este tipo de males dudo que el castigo sea la solución. Pero la lenidad en la que se mueve dialécticamente un buen sector sólo servirá para agravar la situación.

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