Utilícela con cuidado, pero utilícela. Y, además, no tiene efectos secundarios. Bueno sí, muchos, pero todos ellos muy beneficiosos. La amistad es el mejor antídoto contra la desesperación. En momentos de crisis, póntelo, pónsela. Un amigo o una amiga, como remedio terapéutico. Muy divertido y estimulante, por cierto. Tal es el mensaje que nos envía el dramaturgo venezolano Gustavo Ott a través de su ácida comedia Divorciadas, evangélicas y vegetarianas que, dirigida y producida por la compañía teatral canaria Profetas de Mueble Bar, se instala en el Pequeño Teatro Gran Vía de Madrid (C/Gran Vía, 66), tras un sonado éxito en el Archipiélago. Desde este jueves, 8 de julio, hasta finales de agosto, con los Veranos de la Villa como paraguas.
El mismo año en que cumplen tres décadas sobre el escenario, Juan Ramón Pérez, Fernando Navas y Carmelo Alcántara, los hombres-orquesta de Profetas, han recuperado un título talismán en su prolija trayectoria profesional, con el que en 1999 sorprendieron al público peninsular durante más de un año y temporadas en Madrid, Barcelona, Zaragoza....
Ahora que el calor aprieta, que el Mundial de Fútbol concluye y que la maldita crisis económica insiste en quedarse por estas tierras, nada como un acto de descompresión, con la risa como pretexto y como fin último, aunque con un poquito de reflexión, que tampoco viene mal del todo.
¡A divertirse!
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