(@Efe Eme)
Cada nuevo libro del británico John Berger facilita el reencuentro con un pensamiento comprometido con el ser humano, con una ética cuya firmeza profiere gritos contra la desesperación, contra la injusticia, contra los atropellos, contra los abusos que comete el poder de unos pocos; al mismo tiempo, esa misma honestidad discursiva expresa una ira controlada que permite vislumbrar un futuro de esperanza anclado en la ternura, en la libertad, en el amor, en los anhelos de quienes, a pesar de verse privados de lo básico, practican la postura moral de estar desesperados pero sin miedo, sin resignación, sin un sentido de la derrota.
Del último libro de Berger, Con la esperanza entre los dientes, una recopilación de escritos incluidos con anterioridad en otros volúmenes o publicados en diversos periódicos y suplementos culturales en los últimos años, extraigo una frase: "La muerte ocurre cuando la vida no tiene ya un solo jirón que defender". Una sentencia que me ha traído a la mente a quien desde hoy ya está en la memoria de muchos de los que amamos la música: el productor Mario Pacheco, arrebatado por una enfermedad que fue dejando su cuerpo sin jirones a los que agarrarse, pero que no pudo llevarse su legado, su humilde pero fundamental contribución al mayor conocimiento de la jondura. Seguro que cuando hace unos días el Flamenco fue declarado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, Mario lo sintió como algo suyo, como un triunfo al que había contribuido a su manera.
Gracias, Antonio. Precioso
ResponderEliminarQue Mario descanse en paz. Una gran persona y un gran profesional, y lo dice alguien que le conoció poco pero que cuando ha visto la noticia ha llorado... Ahora es cuando he visto la repercusión y la influencia que ha tenido en la música, pero no me he sentido apenada por ello, si no porque se ha ido una gran persona...
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