lunes, 14 de junio de 2010

Gracias, Lemmy


Después de Lemmy Kilmister, Lemmy. A punto de cumplir los 65, cuando más de uno se habría acomodado ya en la jubilación, convencido de que lo ha dado todo al mundo laboral y que trabajen otros, qué carajo, el líder de Motörhead continúa sobre los escenarios, atronando los oídos de los seguidores de la banda y siendo fiel a sus principios. Seguramente hayan cambiado muchos de los que permanecen inamovibles a la filosofía del rock'n roll que proclaman las canciones de la banda británica, a lo mejor hasta alguno pertenece a la casta de los especuladores financieros que han provocado la grave crisis que vivimos en todo el planeta desde hace un par de años. Pero quien no se ha un movido un ápice de sus creencias musicales ha sido Lemmy. Ahí está, como si el tiempo no hubiera pasado por él, percutiendo el bajo como si fuera una ametralladora, atrincherado tras un micrófono elevado que le obliga a cantar forzando una voz que se quebró hace ya más de tres décadas, cuando aún estaba al frente de Hawkwind.


Los conciertos de Motörhead son una orgía de sonido, una apabullante sucesión de temas interpretados a una velocidad imposible para cualquiera salvo para, quizás, las bandas de gitanos centroeuropeos. No hay tregua, no hay descanso. Un ritmo infernal que ha convertido a Motörhead en los pioneros del Speed Metal, en los Ramones del Hard Rock. En definitiva, en únicos.


Sombrero de oficial del ejército de la Unión y camisa y pantalón negros, Lemmy volvió a demostrar esta noche, sobre el escenario del Rock in Rio, que el rock'n roll no tiene edad, que hablar de dinosaurios en la música es una soberana gilipollez y que cuando uno está a punto de ser declarado inútil laboral, todavía le quedan energías suficientes para poner a unos cuantos miles de ciudadanos a botar y a escupir adrenalina.


Lemmy Kilmister en estado puro. Y por mucho tiempo. ¡Que tiemblen otros!

2 comentarios:

  1. Impresionante el concierto. La verdad es que viendo al tipo a uno le entra cierto vértigo a la vez que envidia insana al pensar dónde y cómo estaremos con esa edad. Lo que me reafirma -no al 100%- en si es cierto que la mala vida es eso, mala. Aquello que cantaba el uraño de Lou (Reed) de "Walk on the wild side" sin llegar a los extremos de Bowie y compañía. Por cierto, ¿dónde está Bowie? ¿Alguien sabe qué hace? ¿Quizá en el Mundial de Suráfrica con Imán?

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  2. Este hombre es increíble.

    Estaré revisando el blog...

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