martes, 3 de enero de 2012

Público, necesario

El concurso voluntario de acreedores presentado por la editora del diario Público es un mal presagio, además de una malísima noticia. Para sus trabajadores. Para sus lectores. Para la izquierda. Para nuestra democracia. Me quedo con las palabras de su director, el tercero en la corta historia del periódico, Jesús Maraña, quien reiteraba los principios fundacionales de la joven cabecera, en lo que parecía más una sentida despedida que una exposición de las causas que han llevado a esta drástica situación: "Quería ser un diario sinceramente progresista, defensor de una España plural y moderna y respetuoso con sus distintas culturas, aspiraciones y lenguas, que sirviera como herramienta de conocimiento y como plataforma de debate de ideas a una izquierda también plural que siempre ha reivindicado la importancia de lo público y la defensa del Estado del bienestar y de las capas más débiles de la sociedad". 

Todo tiene tan mala pinta, que no sabemos, en estos momentos, si en los próximos días volveremos a encontrarnos con Público en los quioscos. Una lástima, ya digo, para quienes creemos que España necesita voces críticas, que nuestro país clama por portavoces de un pensamiento que se aleje del maldito neoliberalismo que nos ha traído hasta la orilla en la que nos estamos ahogando, que la ciudadanía no puede quedarse exclusivamente con los representantes de la derecha extrema que vociferan a diario desde el papel, las ondas y una TDT tan sospechosa como vomitiva. 

¡Qué poca esperanza para quienes defendemos un periodismo de izquierdas que proclame la vigencia de valores como la solidaridad, la igualdad o el laicismo, hoy tan lejanos! 

3 comentarios:

  1. Antonio:
    Comparto contigo la preocupación, que ya viene manifestándose año tras año y, que en estos tiempos, está cobrando tintes dramáticos.

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  2. Sin ánimo de polemizar y aún coincidiendo contigo en lo fundamental de la diversidad periodística para una democracia, creo que este periódico desde sus inicios estuvo mal planteado: intentó buscar el hueco en la izquierda que le dejaba El País, sin embargo, no tuvieron en cuenta que la gente progresista quieren estar bien informados -con un punto de vista de izquierdas- pero sin excesiva demagogia fácil.
    Siempre que leía Público, pensaba: ¿esto es papel o estoy leyendo un digital? y tal.
    Salud
    Lucía

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  3. Si tanto os gusta Público, ya sabéis: comprad más periódicos o donad dinero a MediaPro. Así contribuiréis a que el millonario trostkista Roures se haga aún más rico.

    Así nos va a la izquierda española: nos dedicamos a defender los negocios de multimillonarios tan sólo porque nos dicen que "son de izquierdas"...

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