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jueves, 25 de agosto de 2011

De Madrid, al cielo

(@EFE)
Toda vez que...

...Benedicto XVI ya no está entre nosotros...
...la JMJ 2011 es, por suerte, cosa del pasado...
...la capital ha dejado de ser un parque temático travestida de blanco y amarillo...
...el Retiro es, de nuevo, territorio libre de confesiones y pecados (aunque menos)...
...las autoridades regresan a los mercados y olvidan su actitud de meapilas...
...el laicismo continúa siendo una utopía en este país...
...la policía nos recuerda que, porra en mano, no hay quien pueda con ella...
...la Cibeles recupera su condición de lugar de encuentro de madridistas (últimamente cada vez menos) después de serlo, por unos días, de seminaristas, monjas, kikos, peregrinos y gente de todo pelaje...
...Rouco Varela ha recuperado la sonrisa, aunque no las vocaciones perdidas...
...la patronal continúa la búsqueda de los millones de euros de la visita papal...
...la aspavientosa se regocija de que en su Comunidad haya estado Su Santidad...
...Gallardón ha tenido una visión privilegiada del recorrido del papamóvil...

...a lo mejor es el momento de proclamar con razón, como vienen haciendo los más castizos, que "De Madrid, al cielo"...


miércoles, 3 de agosto de 2011

#MadridsinPapa

Cualquiera diría que Benedicto XVI le ha cogido el gusto a esto de venir a España a recordarnos que somos la reserva espiritual de Occidente, a pesar de lo agresivamente laicos que somos los ciudadanos de este país, según dijo hace apenas unos meses, con motivo de su anterior paseo por estas tierras. De lo que sí estoy seguro es que no viene a hacer acto de contricción por las bendiciones de la Iglesia a los crímenes del franquismo o por los actos de pederastia de algunos de sus sacerdotes. Lástima, porque de otro modo habríamos pensado que su visita no incluiría, como hacía su antecesor y repitió él mismo, un rapapolvo al Gobierno socialista por impío y defensor de normas contrarias a esa moral cristiana que en los últimos tiempos aflora con más fuerza que nunca.

Lo que sí me sorprende es el empeño de algunos, especialmente de ciertas autoridades autonómicas, en destacar los beneficios económicos de la presencia papal. Y yo que pensaba -¡ingenuo de mí!- que las ventajas de las religiones no se alcanzaban en este mundo de pecadores, sino que las recibiríamos una vez convertidos en polvo. Ya nos dirán, imagino, quiénes son los destinatarios de esos cien millones en positivo en que cifran la celebración de la JMJ 2011.

Y por si no fuera poco con inundar de santidad la ciudad de Madrid durante unos días, parece que en el Parque del Retiro los remos, los títeres, las echadoras de cartas, los vendedores de chucherías y globos tendrán una férrea competencia con los dos centenares de confesionarios portátiles que se instalarán en este espacio público, convertido en lugar de peregrinación, lamentaciones, arrepentimientos y perdones.

Vuelvo a recomendar, para contrarrestar los efectos narcotizantes de tanto incienso, la lectura de La puta de Babilonia, de Fernando Vallejo. Eso,  o desaparecer del mapa y cerrar los ojos a la avalancha mediática que se avecina.