domingo, 20 de febrero de 2011

Plaza de La Perla

(@redigitaltv.com)
Durante décadas, los regímenes autoritarios y las monarquías absolutistas bajo los que han estado viviendo les hicieron creer que sus derechos como ciudadanos -en realidad han sido tratados siempre como súbditos, como menores de edad incapaces de tomar sus propias decisiones- eran innecesarios, irrelevantes para sus existencias. El ejercicio de la libertades individuales y colectivas les fue birlado, sacrificado, en beneficio de la estabilidad, la seguridad, el crecimiento económico, los beneficios financieros -de unos pocos, claro está-, la religión y el orden público. Hasta que han gritado "¡basta!". Y, como si se hubieran puesto de acuerdo, como si hubieran decidido inocularse a un mismo tiempo la rabia, han incendiado el mundo árabe. 

Las revueltas y las manifestaciones se suceden, desde hace semanas, en los países del Magreb y Oriente Medio. Los pueblos de Túnez y Egipto derrocaron a sus tiranos y no parecen dispuestos a que sus logros queden en papel mojado. Bahréin ha dejado de ser el nombre de un Gran Premio de Fórmula 1 o de un exótico destino turístico, una vez la población se ha lanzado a tomar las calles y convertir la Plaza de La Perla, en Manama, en símbolo de sus reivindicaciones democráticas. Y Libia, Yemen, Argelia o Marruecos son hoy los escenarios de masivas protestas reprimidas duramente por la policía y el ejército, que no dudan en disparar contra los manifestantes, provocando centenares de muertos y heridos. 

Miles de héroes anónimos protagonizan lo que parece ser la gran revolución del siglo XXI. Y ahora que el mundo árabe arde, Occidente no sabe cómo dar respuesta a ese grito de libertad porque, no nos engañemos, teme una democratización de esos países.

3 comentarios:

  1. ¡Y tanto que la tememos! La explotación y la injusticia no es algo que suceda siempre fuera de casa, aunque así nos guste creerlo. En realidad basamos mucho de nuestro frágil bienestar en relaciones aparentemente beneficiosas con esos dictadores.
    Nosotros también hemos de librarnos de mucho indeseable que, encima, se nos vende como modelo de vida.
    Reflexionaba ayer mismo una amiga a propósito de Mexico: "Llevamos tanto tiempo haciéndoles sentir que sus vidas no valen nada... ¡Y ahora nos sorprende que valoren en nada las vidas propias y ajenas!".
    A ver cuando se acaba eso de valorar el "yo" a costa de despreciar al otro.
    FM

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  2. Sobre todo lo temen los dirigentes americanos, a los que ahora les resultará mucho más difícil colocar en estos países a sus peleles defendiendo sus intereses.

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  3. como dijo un reportero chino, ahora America y Europa se ponen las manos en la cabeza cuando Irán no deja a su pueblo manifestarse. Pero cuando lo hacen los países aliados de America y Europa, tenemos que esperar a ver que pasa y el dictador no es tan dictador. Admiro al pueblo de Túnez y de Egipto por aguantar hasta que se han ido los tiranos. Espero que lo consigan todos los pueblos que esten en esas condiciones.

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