viernes, 8 de junio de 2012

Javier Krahe (2)

 (@EFE)
Finalmente triunfó la libertad, que es como decir que la reacción fue derrotada. Ocasionalmente, eso sí. Pero al menos, en los tiempos que corren, ya es algo, cuando desde el Gobierno están empeñados en castigar todo aquello que escapa a su control ideológico, llámese libertad de expresión frente al himno o la bandera, llámese libertad de manifestación, libertad de la mujer para decidir o cualquier otra forma de afirmar nuestra condición de ciudadanos de un país libre. Habría que preguntarle al ministro Gallardón qué nuevas sorpresas nos prepara su departamento (entre las que, obviamente, no hay ninguna que afecte al magistrado Carlos Dívar).  

Celebro que Javier Krahe (y con él la productora Montserrat Fernández) haya sido absuelto de un presunto delito de ofensa a los sentimientos religiosos por el que había sido sentado en el banquillo por la organización ultramontana Centro Jurídico Tomás Moro. Ahora que parece que la pesadilla ha terminado para el cantautor madrileño habría que preguntarle al juez que  ha llevado la causa para qué  admitió a trámite tan estrambótica y extemporánea reclamación. Porque, visto el fallo, no da la impresión de que quisiera travestirse de Torquemada. Y luego dirán que la Justicia está colapsada.

Y mientras tanto, al borde del rescate anunciado y tantas veces negado.

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