martes, 10 de agosto de 2010

Almería imaginaria (2)

Coincidiendo con la llegada a esta provincia a la que, poco a poco, nos vamos acostumbrando, mientras disfrutamos lentamente de sus innumerables encantos y de la amabilidad de su gente (¡Cómo he tardado tanto en decidirme a conocerla!), el programa televisivo Ola, ola -emitido por Cuatro- incluía un reportaje sobre El Mónsul. En él se afirmaba que era una de las playas más bellas del mundo. Desconozco a cuántos lugares ha viajado el guionista, pero tal manifestación me resultó excesiva. El planeta está repleto de playas maravillosas. Para quien viene de Canarias como yo, cómo he de calificar entonces Maspalomas, Jandía o Corralejos, por citar tan sólo tres de las muchas que tiene el Archipiélago. A veces tengo la impresión de que con demasiada frecuencia nos dejamos dominar, sin aparente necesidad, por la fiebre de lo superlativo.

Dicho esto, he de comentar que la playa es espectacular, que su fama es muy merecida y que, Indianas Jones al margen, recorrerla a media tarde, sin prisas, cuando el sol comienza a ponerse, deteniéndose en esa enorme roca que recuerda el origen volcánico del Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar, es una experiencia inolvidable, uno de esos momentos que quedan grabados para siempre.

6 comentarios:

  1. ¿Qué tal están esas gambas de Garrocha? ¿Superlativas?
    SM

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  2. No te lo niego. ¡Espectaculares! Hay que reclamar que la conocida como gamba blanca de Huelva tenga también su réplica en los mercados con la gamba de Garrocha.

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  3. No sé por qué, siempre que estoy en Punta Paloma (Tarifa) no puedo evitar plantearme cuántas playas habrá con similares vistas en todo el mundo, o peor...cuántas serán aún más vírgenes y desiertas,cuántas más salvajes, más asombrosas. No las conozco pero sé de su existencia y, si bien disfruto cavilando cuántos paisajes así tendré la suerte de visitar en mi vida, me apena pensar en cuantísimos lugares paradisíacos no conoceré nunca,...

    Confieso que a mí la playa que más me gusta es la de la Victoria, en Cádiz ciudad, que aunque no es ni virgen ni desierta y esté abarrotadita, para mí tiene un valor añadido inestimable: la posibilidad de comerme un cartuchito de camarones con una cervecita bien fresquita tumbada en mi toalla...eso no hay Monsul ni Hawaii que lo supere.

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  4. Por cierto amigos, es GARRUCHA...
    ;)

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  5. Ana, imagínate todas esas playas del Pacífico Sur o del Índico. Lugares, como dices, paradisíacos y vírgenes. O el propio Mediterráneo, sin ir más lejos: las infinitas islas griegas, Croacia o el Magreb. La de rincones que nos quedan por ver. Ni viviendo doscientos años.

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  6. Antonio me alegro que la información que le pasé a Ana esté dando sus frutos...Comparto contigo la hora en que una playa debe pasearse y tengo siempre el la retina la luz dorada del Monsul al atardecer.A pesar de esto,comparto con mi hija la observación sobre Cadiz con la que en absoluto somos imparciales, ya que es el corazón el que habla.
    Ah! y voto por apoyar a la gamba de Garrucha.
    Ana "madre"

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