(La Reunión, 2005)
Con estos calores uno acaba envidiando a esa lagartija, lagarto o salamandra -lo mismo da, que da lo mismo-, que en el mismo estado de desesperación que el resto -eso sí, de los mortales- se abalanza sobre esa cerveza bien fría a la que, a pesar de su condición de saurio o de reptil, no hace ascos. ¿Dónde hay otra? Cerveza, se entiende.
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